EDITORIAL DE "ESTO ES ITALIANO"
LA NECESIDAD DE CAMBIO
LA NECESIDAD DE CAMBIO
Así no se puede seguir. Eso está claro y es la primera conclusión a la que fácilmente puede arribarse considerando todo lo ocurrido con el Querido Azzurro hasta el presente.
Los desaciertos de afuera influyen de manera inevitable dentro del campo. El rendimiento del equipo no sólo no evidencia muestras de recuperación, sino que acumula incertidumbre y dudas. Lo ocurrido ante Liniers lo grafica de manera cabal. Jugadores que parecían no saber donde ubicarse, muy poco, casi nulo trabajo táctico muy evidenciado en los movimientos improvisados. Cambios erroneos que desmejoran en lugar de evolucionar. Errores y mas errores. Desconocimiento de la categoría. Equivocaciones algunas hasta primarias como por ejemplo -siempre poniendo como referencia el reciente encuentro- dejar sin volante central al equipo en los veinte finales -ni Ciavarelli ni Di Biasi lo son ni por asomo-. Kissner aislado arriba, mal rodeado, desequilibrio táctico evidente. Arqueros que se alternan generando así falta de auto-confianza. Futbolistas que actúan en puestos "extraños", etc.
Hay mucho mas en el repertorio. Alcanza y sobra con lo detallado para argumentar el porqué del final de un ciclo y la necesidad de barajar y dar de nuevo, sobre todo teniendo en cuenta que la historia es larga y todavía restan escribirse treinta capítulos.
Hay que tomar la iniciativa y generar un cambio de timón que permita recuperar la confianza perdida, restablecer la armonía en el grupo, potenciar un mejor rendimiento de varios que bien puede conseguirlo, encontrar su lugar en la cancha, armar un esquema táctico coherente, trabajar bien en la semana, no faltar a partidos oficiales entrenamientos y amistosos, en síntesis lo que no se hizo hasta el momento.
Los desaciertos de afuera influyen de manera inevitable dentro del campo. El rendimiento del equipo no sólo no evidencia muestras de recuperación, sino que acumula incertidumbre y dudas. Lo ocurrido ante Liniers lo grafica de manera cabal. Jugadores que parecían no saber donde ubicarse, muy poco, casi nulo trabajo táctico muy evidenciado en los movimientos improvisados. Cambios erroneos que desmejoran en lugar de evolucionar. Errores y mas errores. Desconocimiento de la categoría. Equivocaciones algunas hasta primarias como por ejemplo -siempre poniendo como referencia el reciente encuentro- dejar sin volante central al equipo en los veinte finales -ni Ciavarelli ni Di Biasi lo son ni por asomo-. Kissner aislado arriba, mal rodeado, desequilibrio táctico evidente. Arqueros que se alternan generando así falta de auto-confianza. Futbolistas que actúan en puestos "extraños", etc.
Hay mucho mas en el repertorio. Alcanza y sobra con lo detallado para argumentar el porqué del final de un ciclo y la necesidad de barajar y dar de nuevo, sobre todo teniendo en cuenta que la historia es larga y todavía restan escribirse treinta capítulos.
Hay que tomar la iniciativa y generar un cambio de timón que permita recuperar la confianza perdida, restablecer la armonía en el grupo, potenciar un mejor rendimiento de varios que bien puede conseguirlo, encontrar su lugar en la cancha, armar un esquema táctico coherente, trabajar bien en la semana, no faltar a partidos oficiales entrenamientos y amistosos, en síntesis lo que no se hizo hasta el momento.
Si antes del sábado pasado, les contamos que el entrenador tenía poco apoyo, luego de ver el rendimiento de aquel día, hay que decir que por estas horas es casi nulo. Se prefirió esperar un partido mas. ¿Puede en noventa minutos revertirse el panorama anteriormente descripto? evidentemente no. La ausencia de futbolistas importantes en el último partido es un argumento demasiado débil para justificar tantas equivocaciones.
Ojalá Italiano gane el lunes. Sería una gran alegría para todos los que tenemos Sentimiento Azzurro. Esa es otra historia. Acá la cuestión es de fondo y a nuestro criterio, en ese aspecto, la moneda ya está echada.
JORGE MASTRUZZO
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